El Nuevo Dia

Estampas del BSN: La noche que Churumba mandó a apagar las luces

Molesto por la barrida de Santurce a los Leones en el Pachín Vicens, el entonces alcalde ponceño acabó abruptamente la celebración cangrejera

JOSÉ E. BARTOLOMEI TORRES [email protected]

NOTA DEL EDITOR: Quinta y última parte de una serie sobre momentos memorables en la historia del BSN.

Minutos después de que sonara el silbato final que coronaba a los Cangrejeros de Santurce como los nuevos monarcas del BSN de 2003, el entonces asistente técnico Allans Colón se dirigió de forma cabizbaja al camerino local de los Leones de Ponce junto al resto de jugadores.

Allí, el dirigente Carlos Mario Rivera recibía uno por uno a sus canasteros encabezados por los veteranos Javier “Toñito” Colón, Eddie Casiano y Orlando Vega, así como otras figuras de la talla de Bobby Joe Hatton y el refuerzo Anthony Bonner.

El conjunto crustáceo, entrenado por Julio Toro, recuperaba oficialmente el trono del BSN despachando en cuatro juegos al ahora excampeón equipo ponceño en su propia casa, el Auditorio Juan “Pachín” Vicens.

“Nosotros, barridos, tú sabes como es la fanaticada de Ponce... Lo menos que queríamos era estar ahí”, rememoró Allans a El Nuevo Día.

“Pasaron como cinco minutos...”, (suelta una carcajada). “Y entra Charlie Lanauze, con los ojos más grandes que un ‘pescao’ y suelta: ‘Wow. Churumba mandó a apagar las luces diciendo que nadie va a celebrar aquí en Ponce’”, prosiguió.

“Obviamente, estábamos molestos por haber sido barridos. Es normal. Pero lo primero, tras escuchar las palabras de Lanauze, fue mirarnos. Estaba Carlos Mario (Rivera), también Pucho Figueroa (el exárbitro que esa temporada fue asistente de Rivera), Julito Martínez (también asistente)... Nos empezamos a reír. No había más nada que hacer. No podíamos creer lo que estaba pasando. Eso era lo que faltaba. Yo nunca salí. Fue algo para la historia porque imagínate, fue en 2003. Veintiún años después, seguimos hablando de eso”, agregó.

Aquel día, el estelar armador Carlos Arroyo lideró la ofensiva crustácea con 23 puntos para que los visitantes prevalecieran cerradamente por marcador de 82-81. El base fajardeño anotó el canasto clave restando cuatro segundos, con falta incluida, para que Santurce conquistara su quinto título en la liga en las últimas seis temporadas (1998, 1999, 2000, 2001 y 2003).

Hatton tuvo un último intento al canasto, errando un disparo a larga distancia. Así las cosas, Ponce no pudo repetir como monarca, tras haberse coronado el año anterior sobre los Vaqueros de Bayamón.

“Después de que ganamos el campeonato en 2002, al siguiente año (2003) nos preparamos muy bien. Reforzamos al equipo con varios jugadores. El único escollo era que Arroyo, que venía de jugar con el Jazz de Utah en la NBA, estaba imposible. Santurce dio un upgrade en esos playoffs. Fue fenomenal. Un equipo que ya tenía a Orlando “Guayacán” Santiago, José “Piculín” Ortiz (no jugó la final por una lesión de tobillo) y Rolando Hourruitiner... Tú añadirle a Arroyo en su peak, empezando su prime , fue muy difícil”, destacó Allans.

“Hubo muchas cosas en la final. Hubo peleas... En ese cuarto no jugó Wilhelmus Caanen (su hermano y hoy dirigente de los Criollos de Caguas). Tampoco Jerome Mincy. Pero hay que darle crédito a Santurce. Carlos nos dejó ‘pegao’ con el foul y vale. No fue un mal año. Llegar a una segunda final corrida era supercomplicado”, añadió.

Mincy y Caanen fueron suspendidos para ese cuarto choque tras su rol en una reyerta en el tercer duelo con el integrante de los Cangrejeros, Gary Voce.

Arroyo, seleccionado como el MVP de la final, promedió 21.5 unidades, 6.0 rebotes y 4.7 asistencias. Luego tuvo la mejor temporada de su carrera en la NBA, registrando 12.6 tantos y 5.0 asistencias con el Jazz en el torneo 2003-04. Los canasteros Alex Falcón y Edgar Padilla también fueron clave en la reconquista de Santurce.

El exjugador y comentarista Javier Torres, cubrió aquella final.

“Los Cangrejeros eran un equipo supertalentoso que se separaba del resto. El dominio fue tanto que llevó a la frustración del Churumbazo, que rescató el recuerdo del famoso lema de que Ponce es Ponce”, indicó.

“(Churumba) Les dijo a los administradores que sacaran inmediatamente de la cancha a los fanáticos de los Cangrejeros. Que se fueran a celebrar después de las letras de Ponce” JAVIER “TOÑITO” COLÓN EXJUGADOR DE LOS LEONES

¿QUIÉN LOS DEJÓ A OSCURAS?

Dos décadas después de dicho acontecimiento, ahora como asistente del cuerpo técnico ponceño, Toñito Colón recuerda desde los pasillos del “Pachín” aquella serie.

“Recuerdo que estábamos en el camerino. Íbamos a saludar como siempre en el otro vestuario a los nuevos campeones. De momento, el Pachín se convirtió en oscuridad”, expresó Toñito, que logró cinco cetros con los Leones (1990, 1992, 1993, 2002 y 2004).

“Ahí fue que nos enteramos que Churumba, que en paz descanse, mandó a apagar las luces. Les dijo a los administradores que sacaran inmediatamente de la cancha a los fanáticos de los Cangrejeros. Que se fueran a celebrar después de las letras de Ponce hacia Santurce. Que cerraran La Guancha y que no fueran para ningún lado. Que se fueran para la autopista directo a Santurce.

Ese era Churumba, un gran alcalde”, matizó con una carcajada.

“A nadie le gusta que vayan a tu casa a bailarte. Mucho menos a los ponceños como yo. Se sentía muy dura esa derrota. Tenían grandísimos jugadores. Arroyo, Hourruitiner... El gran Piculín. Mis hermanitos de ‘afuerita’. Nos saludábamos, pero hasta ahí. Después de eso era a jugar duro. Me tomó por sorpresa (el Churumbazo). No pensé que llegaríamos a ese extremo. Pero así era Churumba. ¿Quién apagó el switch de la luz? No sé. Lo único que puedo afirmar es que Churumba mandó a apagar las luces. Dijo, además, que se fueran rápido. Que tenían cinco minutos. Que se fueran a festejar a otro lado, para no decir completamente lo que dijo”, señaló Toñito todavía mostrando una sonrisa.

El encargado de propiedad de los Leones por las últimas 22 temporadas, Christian Villegas agregó más interioridades de aquel suceso.

“Él (Churumba) dio una instrucción. En aquel momento administraba, también, Lanauze. Cuando apagaron las luces ya yo estaba en el camerino”, expresó Villegas.

“A mucha gente le tomó por sorpresa (el Churumbazo). Pero él dio la instrucciones y había que seguirlas. No sé si fue el mismo Lanauze el que apagó el interruptor, porque él también era asistente de jugadores. Han dado muchas versiones. En aquel momento todo el mundo puede decir que fue Charlie (Lanauze), pero yo no lo puedo afirmar eso porque no estaba ahí con él. Estaría especulando. Me acuerdo que vino al camerino y le dijo a los guardias que sacaran el público fuera de la cancha. Un poco jocoso, pero él solo seguía instrucciones”, concluyó.

El Nuevo Día intentó contactar a Lanauze para conocer su versión de los hechos, pero los esfuerzos fueron infructuosos. Como jugador, Lanauze fue figura estelar en los campeonatos de Ponce en el 1990, 1992, 1993 y 2002. Posteriormente fue administrador del Pachín Vicens.

Los Leones volverían a la final de 2004, esta vez bajo el mando de Manolo Cintrón, derrotando a los ahora extintos Maratonistas de Coamo. Churumba no pudo verlo, pues falleció en enero de ese mismo año. En esta historia colaboró el periodista Jorge Figueroa Loza.

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2024-06-22T07:00:00.0000000Z

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