El Nuevo Dia

Pásame las botellas

Stephanie I. Anderson-Morales Educadora Ambiental Syracuse University Center for Sustainable Community Solutions

Cada día que pasa se vuelve más urgente que Puerto Rico se actualice con medidas ambientalmente sabias que les den un descanso a los vertederos”

Estaba en una concurrida barra de Río Piedras junto a unos nuevos amigos que nos visitaban desde Colombia y México. Al uno de ellos terminar de beber su cerveza me preguntó: ¿dónde devuelvo la botella? Qué vergüenza sentí cuando le expliqué que la botella de vidrio iba al zafacón. Él me miró indignado, preguntando ¿no se recicla? Y luego me explicó cómo funcionaban los programas de reciclaje de botellas en México.

Cuando viví en Benín, un país en el oeste africano, a veces almorzaba en un negocio cerca de la costa. Muchas veces vi a mujeres removiendo las escamas a los peces que se servirían en los restaurantes aledaños. A veces, me daba un gustito y pedía una Coca-Cola (ya no bebo refresco). Me la traían en una botella de vidrio, junto a un portavasos que se usaba para prevenir que las moscas del área entraran a mi bebida. No podía llevarme la botella para mi casa, pues allí se reusaban. Eran celosos con sus botellas.

A través de todo Puerto Rico, si tú dejas una bolsita llena de latas de aluminio en una esquina, alguien que recoge metales de seguro la encontrará y se la llevará. Esto es posible gracias a que el aluminio mantiene buenos precios estables en el mercado. No se puede decir lo mismo del plástico y del vidrio, pero sí se pueden crear mecanismos que estimulen el reciclaje de las botellas.

En gran parte, ha sido mi experiencia observando y viviendo estos modelos de sostenibilidad lo que me llevó a trabajar en este campo. Fue así como comencé a colaborar con un grupo de profesionales y gente comprometida en crear estrategias para adelantar una economía circular de materiales en Puerto Rico. El plan de Generación Circular propone que para el 2028 logremos reusar o reciclar el 50% del vidrio que actualmente descartamos. Este esfuerzo pudiera crear 300 nuevos empleos relacionados al manejo de vidrio. Lograrlo requiere que reduzcamos la distribución de vidrios de un solo uso, reutilicemos envases en nuestros hogares y comercios, y que las industrias que generan las botellas las reúsen. También propone un reembolso de depósito de botellas para incentivar que la ciudadanía las devuelva.

Este tipo de programas funciona en la mayoría de las ciudades del mundo exitosamente. Al comprar una botella, se te retiene entre 5 a 15 centavos, dependiendo del tipo de botella. Luego de utilizarla, la puedes devolver a ciertos puntos establecidos. En algunos modelos se usan máquinas llamadas “reverse vending machines” que se encuentran en los mismos supermercados y negocios donde compras las botellas. También se pueden crear pequeños centros de acopio en los predios de estacionamientos concurridos. Las barras y restaurantes también guardan celosamente sus botellas para poder recibir de vuelta su depósito.

Luego de devolver esta botella en alguno de estos puntos de depósito, se te devuelven los centavos retenidos. Bajo este modelo, si uno ve una botella tirada, hay un estímulo económico para recogerla, ya que tiene un valor monetario concreto. En el 2017 visité un centro en Nueva York que prestaba espacios para que las personas que se dedicaban a recoger latas y botellas pudieran acumularlas y obtener mayores ganancias. A través del uso de este centro, no se verían limitados por cuántas botellas y latas cabían en su bolsa o carrito de compras. Esto genera nuevas oportunidades económicas para comunidades en desventaja.

Otra medida que el plan de Generación Circular propone es incentivar el procesamiento de vidrio para producir materia prima en la producción de ladrillos y aditivos para el concreto y tener nuestra propia planta para procesar el vidrio para ser reciclado. Ya en Puerto Rico han empezado a surgir diferentes plantas que recogen vidrio para procesarlo como aditivos para el concreto. Hay que apoyar y replicar estos proyectos.

Cada día que pasa se vuelve más urgente que Puerto Rico se actualice con medidas ambientalmente sabias que les den un descanso a los vertederos. Habiendo visto este tipo de iniciativas que regresan los materiales al ciclo de utilidad, tanto en Estados Unidos como internacionalmente, no tengo duda de que en Puerto Rico tenemos todos los recursos, la inteligencia y la capacidad de hacer lo mismo.

OPINIÓN

es-pr

2022-09-13T07:00:00.0000000Z

2022-09-13T07:00:00.0000000Z

https://epaper.elnuevodia.com/article/282041920975047

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