El Nuevo Dia

Encuesta arroja luz sobre la salud y el racismo en la isla

RICARDO CORTÉS CHICO [email protected] Twitter: @rcorteschico

Cada año, el Departamento de Salud coordina una encuesta en la que se llama a más de 5,000 personas para preguntarles sobre asuntos asociados a la salud. De ordinario, en este estudio, se les pide a los participantes que identifiquen si son blancos, negros o hispanos, entre otras categorías, pero, en 2016, los encuestadores añadieron una pregunta sobre la percepción del color de la piel del encuestado. Y un análisis de estos datos logró captar el efecto del racismo en la salud en Puerto Rico.

El hallazgo principal del estudio, publicado a inicios de mes en la revista científica Journal of Immigrant and Minority Health, es que, en Puerto Rico, las personas con la piel oscura tienen, en promedio, una probabilidad más alta de sentirse peor en salud que la población con la tez clara. La diferencia fue estimada en 4.4%, con un intervalo de confianza que pone la cifra entre un 2% y un 8%, según el análisis del economista y estadístico José Caraballo Cueto y la antropóloga Isar Godreau, del Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias de la Universidad de Puerto Rico en Cayey.

Estos resultados no se explican aludiendo a diferencias en acceso a seguros o servicios médicos entre ambos sectores de la población. Tampoco, tiene que ver con discrepancias en poder adquisitivo. Esos y otros factores socioeconómicos fueron controlados en el análisis en que se compararon grupos de encuestados con características similares excepto por el color de piel. Y las diferencias fueron consistentes.

“Si eres una persona de piel oscura te aumenta la probabilidad de sentirte peor en salud, en comparación con las personas de piel blanca, entre un 2% y un 8%... Hay muchos que plantean que en Puerto Rico no hay racismo. Lo que encontramos es que sí lo hay y sus efectos manifestados los encontramos en la salud”, expresó Caraballo Cueto.

Godreau explicó que existe amplia documentación científica sobre los efectos del racismo en la salud de las personas. Por ejemplo, investigadores han encontrado que las quejas por dolencias de las personas negras, sobre todo las mujeres, son subestimadas con más frecuencia que las expresadas por el resto de las personas. Un gran factor es también la presión social o el estrés que implica ser percibido como una persona que podría ser rechazada por el color de su piel.

“Si vives en sociedades racistas y tienes el color de piel claro no te tienes que preocupar porque alguien te mire y piense que eres peligroso, o que vas a robar algo, que no eres inteligente… Todos esos prejuicios crean estrés en la gente y eso tiene repercusiones”, expresó Godreau, al recordar el efecto de los estresores sociales en la salud de las personas.

MEDICIÓN MÁS CERTERA

El estudio se aparta un poco del manejo tradicional que, desde los Estados Unidos, se le da al tema de las razas. De ordinario, la recopilación estadística que se hace con fondos federales exige que haya encasillados en que la persona que contesta la encuesta o el formulario detalla si es blanca, negra, hispana, entre otras categorías estandarizadas por la Oficina de Gerencia y Presupuesto de Estados Unidos (OMB, por sus siglas en inglés). Esas categorías presentan problemas para muchos al momento de identificarse, especialmente para los hispanos, que no necesariamente se perciben representados por las opciones.

El Behavioral Risk Factor Surveillance System (BRFSS), en que se basa el análisis estadístico, ha incluido, desde hace décadas esas clasificaciones promovidas por OMB.

“Lo interesante que vimos es que casi una tercera parte (de los encuestados en 2016) marcaron ‘otra raza’ en la pregunta

federal”, dijo el investigador, al resaltar la limitada identificación de los encuestados con las clasificaciones raciales federales. Y esto tiene su efecto en los resultados.

La pregunta adicional que se incluyó en el BRFSS del 2016 utilizó una escala en que las personas, usando números del 1 al 6, comunicaban cuán clara u oscura percibían la tonalidad de su piel. Apenas 3% de los encuestados no presentaron una respuesta a esta pregunta.

En la encuesta, se preguntaron muchos asuntos sobre la salud de las personas. El estudio se concentró en una pregunta general en que los encuestados catalogaban su salud entre “excelente”, “muy buena”, “buena”, “regular” y “mala”. Los investigadores resaltaron, como validación de las respuestas, que el 88% de los encuestados que afirmaron tener una mala salud también reportó padecer, al menos, de una condición de salud crónica.

Cuando se examina cómo se sienten las personas según el tono de la piel que afirman tener, se halla que las de tez oscura tienen una probabilidad más alta de sentirse peor que las blancas de un 4.4%, una vez controlados los factores socioeconómicos y de acceso a seguro médico. Cuando este mismo análisis se hace con las clasificaciones de OMB (blanco o negro), la diferencia es de tres puntos porcentuales.

“Encontramos que las categorías raciales de OMB (la Oficina de Gerencia y Presupuesto de EE.UU. que las promueve en el gobierno federal) no proveen suficiente especificidad en términos de la vulnerabilidad de la persona al discrimen interpersonal o el racismo sistémico, algo que una escala sobre el color de piel puede establecer mejor”, se argumenta en el estudio.

“La escala de color de piel nos permite dar cuenta de esa construcción de grados y no tan binaria de negro o blanco, sino que permite ver el tema en escalas”, dijo Godreau.

“Una de nuestras invitaciones es que el gobierno mire esto. Si bien es cierto que cuando hay fondos federales, debe estar ahí la pregunta, nada impide que se incluya una pregunta adicional sobre la tonalidad de piel… Es importante resaltar esto, sobre todo si el gobierno está preocupado por el racismo y quiere erradicarlo. Para poder erradicarlo, hay que medir dónde se manifiesta el racismo”, afirmó, por su parte, Caraballo Cueto.

LOS TONOS INTERMEDIOS

Las comparaciones sobre la salud de los que tienen un color de piel con tonos intermedios y los de tez clara fueron un tanto contradictorias. Un examen estadístico lineal mostró que las personas con la tez en tono intermedio se sentían peor que las de piel clara. No obstante, un examen usando técnicas para reducir el sesgo de las distintas variables en la encuesta encontró que las personas con tonos intermedios se sentían mejor que aquellas con la tez blanca.

Las comparaciones entre las personas con tonos intermedios y las de piel oscura fueron, sin embargo, consistentes. En ambos análisis, los de piel oscura mostraron sentirse peor.

DISCREPANCIAS RACIALES GENERALES

Cuando se analizaron los datos sobre el color de piel, se encontró que en la medida en que la tez es más oscura se reduce la edad promedio, el nivel educativo alcanzado y la proporción de mujeres. En términos económicos, en los rangos de más alto ingreso, hay una mayor representación de personas con la piel clara. Más allá de eso, no se encontró una correlación entre el color de la piel y el nivel de ingresos.

Sí se encontró, sin embargo, una relación entre el acceso a plan médico de las personas y la tonalidad de la piel. Específicamente, mientras más oscura la piel menos acceso a un seguro médico, en comparación con las personas de tez clara o con tonos intermedios.

No se encontró, por otro lado, que el acceso al seguro médico esté atado directamente por los ingresos de los individuos, toda vez que los sectores con menos capacidad económica logran acceso con el Plan de Salud del Gobierno, mercadeado actualmente bajo la marca de Plan Vital. En este aspecto, la ausencia de seguro médico fue más frecuente (8.6%) entre aquellos con ingresos anuales entre $15,000 y $19,999.

Sin embargo, sí se encontró una relación entre el estado de la salud percibido por el encuestado y sus ingresos, independientemente del acceso que tengan al seguro médico. Del mismo modo, se hallaron algunos factores socioeconómicos que parecen incidir indirectamente sobre la salud. Por ejemplo, se halló que los extranjeros y los solteros tenían mayor propensidad de sentirse peor en salud que los casados y los nativos. Asimismo, se encontró que estar empleado reduce sentirse mal en ocho puntos porcentuales en comparación con los desempleados.

“Hay muchos que plantean que en Puerto Rico no hay racismo.

Lo que encontramos es que sí lo hay y sus efectos manifestados los encontramos en la salud”

JOSÉ CARABALLO CUETO INVESTIGADOR

PORTADA

es-pr

2021-06-13T07:00:00.0000000Z

2021-06-13T07:00:00.0000000Z

https://epaper.elnuevodia.com/article/281569473673675

El Nuevo Dia