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José Caraballo Cueto: El impuesto corporativo global y Puerto Rico

José Caraballo Cueto Economista y Profesor en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Cayey

De acuerdo con el Institute on Taxation and Economic Policy, en el año fiscal 2020 hubo 55 corporaciones que no pagaron impuestos sobre ingresos en Estados Unidos. En 2014 en Puerto Rico un comercio multinacional hizo públicos sus estados financieros, los cuales aparecen con pérdidas, a pesar de que vendieron más de mil millones de dólares durante ese año. Y no es el único comercio multinacional que obra de esta forma. ¿Cómo un comercio multinacional en plena expansión puede generar pérdidas? Una posible explicación son los mecanismos contables como la transferencia en precio (“transfer pricing”).

La transferencia en precio ocurre cuando se reconocen ingresos hechos en una jurisdicción en otra. Supongamos que el costo real de una botella de agua para una multinacional es $1. La transferencia en precio ocurre cuando la sucursal de Puerto Rico le compra esa botella a un precio inflado (digamos $2) a otra sucursal de la misma cadena en otro país. Si el precio para el público es de $2.50, hay $0.50 de ganancias por botella que se informarán en Puerto Rico. Sin embargo, hay un dólar de ganancia por cada botella vendida en Puerto Rico que se informará fuera del país.

Se cree que muchos comercios multinacionales que operan en Puerto Rico reconocen parte de sus ingresos devengados en Puerto Rico en jurisdicciones que les representan paraísos fiscales (ejemplo, Delaware y Luxemburgo), mientras las multinacionales manufactureras aprovechan el paraíso fiscal que tienen en Puerto Rico para reconocer ingresos que realizaron fuera de nuestra jurisdicción. Por eso, el Producto Interno Bruto y los gastos tributarios en los incentivos a la manufactura están inflados gracias a que muchas fábricas multinacionales inflan sus ingresos.

La administración de Joe Biden busca aumentar los impuestos corporativos en los Estados Unidos, incluyendo atajar la transferencia en precio que realizan las multinacionales. Esto revertiría parcialmente la reforma tributaria de la administración Trump. Para que sus corporaciones no puedan evadir impuestos en el exterior, Estados Unidos buscó que los siete países más ricos del mundo acordaran recientemente que sus multinacionales deben pagar al menos un 15% de impuestos sobre ingresos a nivel global, sea en un país extranjero o en sus propios países. Es probable que estos países usen su amplio poder de regateo en los foros internacionales (ejemplo, Unión Europea, G20 y Organización Mundial del Comercio, entre otros) para que otros países se sumen a la iniciativa, obligando a los paraísos fiscales -países pequeños con poca influencia en estos foros- a aceptar la cota impositiva. Con un impuesto global del 15% se aseguran de que no haya un paraíso fiscal donde la transferencia en precio o mecanismos similares les funcione significativamente.

Ahora bien, los tratados comerciales y acuerdos internacionales no le aplican a Puerto Rico por necesidad. Para que ese estándar impositivo le aplique a Puerto Rico el Congreso tendría que legislar para cambiar el régimen impositivo de las ganancias devengadas en Puerto Rico. Por lo que preveo tres escenarios probables para Puerto Rico.

1. El Congreso cambia el régimen impositivo aplicable a las corporaciones multinacionales de Estados Unidos (ejemplo, enmiendas a la Sección 901) que operan en Puerto Rico: Esto implicaría un cambio fundamental en las relaciones de Estados Unidos con sus territorios. Si el Congreso tomase dicha acción, a Puerto Rico le convendría aumentar su tasa preferencial de impuestos para la manufactura estadounidense del 4% (nadie sabe explicar por qué 4% es el óptimo) a un 15% para cumplir con el estándar global. Esos nuevos recaudos se pueden utilizar para subsidiar sustancialmente el costo energético y aumentar la raquítica inversión en investigación y desarrollo que el Estado hace en la Universidad de Puerto Rico; la única universidad de investigación que tenemos. Estas dos variables, costo energético bajo e inversión amplia en investigación y desarrollo, compensarían la pérdida de competitividad en los impuestos a nivel mundial.

Cabe señalar que en este escenario las manufactureras puertorriqueñas tendrían la oportunidad de seguir siendo estimuladas, aumentando su competitividad en relación a las multinacionales.

2. El Congreso cambia el régimen tributario aplicable a todas las corporaciones en Puerto Rico (ejemplo, enmiendas a la Ley 600): en este caso aplica lo mismo que en el escenario 1, con la excepción de que las manufactureras locales y otras industrias subsidiadas (ejemplo, agrícolas) perderían competitividad y muchas quedarían fuera del mercado. Este sería el escenario más devastador para la economía de Puerto Rico.

3. El Congreso no cambia el régimen impositivo de Puerto Rico: bajo este escenario la cota impositiva mundial traería dos oportunidades únicas a Puerto Rico.

a. Impuestos a la manufactura en Puerto Rico podrían subirse a 7.5% y como quiera continuarían siendo la mitad de competidores como Irlanda y Malasia, famosos paraísos fiscales. Esa oportunidad podría reindustrializar parcialmente a Puerto Rico, brindando la oportunidad de crear nuevos empleos y encadenar esa inversión extranjera al sector privado local.

b. La explotación de las transferencias en precio para evadir impuestos que realizan los comercios multinacionales que venden en Puerto Rico ya no sería rentable. Esto porque en otros países pagarían impuestos de todas formas, a menos que exista una diferencia marcada en las tasas estatutarias entre Puerto Rico y los paraísos fiscales de las detallistas. Por ende, le convendría a Puerto Rico reducir sus tasas estatutarias para que estos comercios multinacionales tributen de una forma similar que los comercios locales. Al final son los comercios locales los que impactan mejor nuestra economía al reinvertir ganancias en Puerto Rico y generan más empleos por dólar en venta (ver mi página en ResearchGate para referencias).

A todos nos conviene insertar a Puerto Rico en la agenda congresional y analizar la economía local en función del contexto global. No somos, ni hemos sido, el ombligo del mundo.

A todos nos conviene insertar a Puerto Rico en la agenda congresional y analizar la economía local en función del contexto global. No somos, ni hemos sido, el ombligo del mundo”

ENTÉRATE

es-pr

2021-06-13T07:00:00.0000000Z

2021-06-13T07:00:00.0000000Z

https://epaper.elnuevodia.com/article/282003265370571

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