No podemos salvar la educación pública. Hace un año me jubilé del Departamento de Educación. Fui el único maestro bibliotecario con el rango de Maestro IV de la carrera magisterial. Para lograrlo hay que tener un doctorado en la materia. A pesar de tener maestría en administración pública con la especialidad de administración y política fiscal, quince créditos adicionales en relaciones laborales y recursos humanos, uno es invisible.

Para ser maestro bibliotecario hay que tener la maestría en bibliotecología. Para el Departamento de Educación poseo las certificaciones de maestro de educación comercial, maestro bibliotecario y facilitador de bibliotecas escolares. Trato de solicitar como maestro bibliotecario para el verano, no para año completo y es imposible por la penalidad que les imponen leyes arcaicas a los jubilados. Lo permitido son cuatro horas de trabajo y el mes de verano son seis horas. No veo que trabajar un mes o mes y medio sea un crimen.

Lamentablemente, no podemos ayudar a nuestros niños con nuestro conocimiento y afán de llevarlos adelante. Cosas del sistema educativo y las políticas vigentes que en nada ayudan a formar un país de progreso. Parece que lo mejor es irse a formar profesionales fuera de nuestra Isla.

José E. Díaz Hernández Aguas Buenas