El Nuevo Dia

Travesía pictórica

La Colección de Lourdes y Francisco Arriví Cros llega al MAPR con la exhibición “La memoria del paisaje” que abre este domingo libre de costo

MARIELA FULLANA ACOSTA [email protected]

Cuando apenas era un niño, Francisco Arriví Cros, pasaba horas con su familia a bordo de un vehículo. El trabajo de su padre, el gran dramaturgo y poeta puertorriqueño Francisco Arriví, obligaba a toda su familia a recorrer la isla. Y ahí estaba él, mirando a Puerto Rico a través de la ventana del carro en esos paseos de fines de semana donde se alargaban los paisajes campestres.

Al acercarse a la adolescencia, aquellos viajes se detuvieron. Pero al llegar a su adultez, las memorias de esos paseos regresaron a él como una ola de recuerdos. Fue entonces, que comenzó a adquirir obras de esos paisajes que dejaron en él una huella indeleble.

Tiempo después, en un acto de total desprendimiento, y queriendo compartir los paisajes de sus afectos con el pueblo de Puerto Rico, Arriví Cros –ya fallecido- y su esposa, Lourdes, conversaron con sus amigos Olga y Joaquín Viso, quienes adquirieron su colección y la donaron en su totalidad al Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR).

De esta forma nació la exhibición “La memoria del paisaje”, que abre al público este domingo, 24 de octubre, de 11:00 a.m. a 5:00 p.m., libre de costo.

Adentrarse en esta muestra es recorrer la historia geográfica e histórica del país con obras que resultan ser una verdadera sorpresa. En ella se reúnen 61 piezas de 47 artistas que nacieron o han residido en Puerto Rico. Las obras datan entre los años 1885 y 2004.

En el conjunto hay creaciones de maestras y maestros de las artes puertorriqueñas –como Francisco Oller y Cestero, Manuel Jordán, Ramón Frade, Miguel Pou, José Antonio Torres Martinó, Rafael Tufiño, Rafael Ríos Rey, Augusto Marín, Myrna Báez, Julio Rosado del Valle y Domingo García, entre otros-, así como de artistas de quienes no se tenía suficiente información o ningún conocimiento hasta ahora. Como destacó el curador del MAPR, Juan Carlos López Quintero, la exhibición devela “joyas” que se muestran por primera vez al público, ofreciendo la oportunidad de conocer un periodo que, según él, ha sido poco estudiado en la historia del arte de Puerto Rico.

“Ese principio del siglo 20 hasta finales de los años cuarenta es un periodo de transición. Puerto Rico pasa de la colonia española a la colonia norteamericana y pasan muchas cosas. Se intenta, inclusive, cambiar el idioma y es un momento de mucha tensión en cuanto a la cultura se refiere. Los artistas decidieron enfocarse en lo que era el mundo rural, el mundo campesino, la figura del jíbaro, como parte de la resistencia para mostrar lo que era nuestro, lo autóctono”, explicó el curador.

Ese imaginario nacional que se acentúa en la década del 50 y que miró con ojo crítico el dramaturgo Francisco Arriví, se observa en esta exhibición donde el espectador podrá recorrer parte de la historia del país a través de sus paisajes.

La travesía de esta muestra inicia con una rareza del maestro Francisco Oller, la pieza “Camino con bohíos”. Se trata de un paisaje poco habitual del artista, ya que está hecho en formato pequeño sobre un plato de cerámica decorado con dos pájaros blancos en alto relieve. La obra, que data de 1890, fue un regalo de bodas que realizó Julia Aurea Balseiro Dávila –esposa de Eduardo Giorgetti, amigo de Oller- a su prima Ana María Martínez Dávila en el 1925.

Con ese paisaje de finales del siglo 19 abre esta exhibición, a la que le sigue la obra “Camino del barrio Guaraguo”, de 1885, realizada por Manuel Jordán, discípulo de Francisco Oller. Esta es la primera obra del pintor que adquiere el MAPR como parte de su colección permanente.

“Entrada de Arecibo”, de 1912, del artista José Maldonado continúa la narrativa de la primera parte de la exhibición que se organiza por periodos. Maldonado era un aficionado al dibujo y la pintura que se ganaba la vida produciendo rótulos comerciales, según indicó López Quintero. El óleo sobre lienzo que se presenta llama la atención pues es uno de los primeros registros existentes sobre el pueblo de Arecibo. En la pieza, incluso, se aprecia la estructura de la fábrica de hielo que perteneció al norteamericano Charles Hunter Wanzer, y que aún existe en la Avenida Juan Rosado.

Al lado de ese paisaje, se encuentra un hermoso retrato de pequeño formato del pintor Ramón Frade titulado, “Niña con chinas”, de 1948. En la obra, donde se retrata a una joven campesina sonriente, se percibe nuevamente el interés del artista en la estética de la vida rural, mostrando de fondo el paisaje campestre. Le siguen una pieza de Oscar Colón Delgado de un paisaje con bohío que data de 1942, así como la obra “Río Bayamón”, de 1923, del artista José Elías Levis Bernard, quien según López Quintero fue uno de los primeros autores puertorriqueños que escribió una novela sobre la invasión estadounidense.

En esa primera mirada a nuestros paisajes del siglo 20, también figuran “Playa de Arroyo”, de 1957, del artista ponceño Miguel Pou; “Atardecer”, de 1917, del mayagüezano José López de Victoria, y piezas de los artistas españoles Gonzalo Gil de León y Fernando Díaz Mackenna, así como del estadounidense Charles Harry Allis. También hay otra pieza firmada por José González, que sigue siendo estudiada, pues en dicho periodo había dos artistas con el mismo nombre y no se sabe a cuál de los dos pertenece.

“Hay autores que no estamos seguros quiénes son, por ejemplo, éste no sabemos si es José González o José González Galvarin. Estamos en un proceso de estudio y como curador me parece fascinante poder trabajar en esta investigación”, compartió López Quintero.

No están ausentes de esta muestra las mujeres, pues se incluyen obras de María Cadilla, quien fuera ensayista, poeta, folclorista, educadora, activista por los derechos de las mujeres y discípula de Francisco Oller y Cestero. De igual forma, hay un “paisaje nocturno”, de Isabel Bernal de 1965, y un paisaje de La Perla, de Myrna Báez que data de 1962, justo tres años después de integrarse al Taller de Gráfica del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP). Llama la atención la obra “Fanguito”, de 1965, de la artista letona Margot Ferra, quien vivió en Puerto Rico por un periodo, aportando a nuestro repertorio con piezas donde utilizaba la técnica del collage.

Estas últimas tres obras forman parte del segundo periodo que se aborda en la muestra y que abarca desde inicios de la década del cincuenta hasta inicios del siglo 21, cuando el paisaje cambia a uno urbano. Abre este segmento “Puerta de Tierra”, obra de 1940 de Rafael Tufiño. Esta pieza formó

“Ese principio del siglo 20 hasta finales de los años cuarenta es un periodo de transición... Los artistas decidieron enfocarse en el mundo rural, la figura del jíbaro, como parte de la resistencia para mostrar lo que era nuestro”

JUAN CARLOS LÓPEZ QUINTERO

CURADOR DEL MAPR

parte de la primera exposición individual de Tufiño que se realizó en 1942 en el Ateneo Puertorriqueño.

Estampas de Loíza, Cataño, Cayey, así como de comunidades como el Caño Martín Peña, el cual es retratado por artistas como Alfonso Arana, Juan De’Prey, también se aprecian en la muestra que presenta cómo se vivió esa migración del campo a la ciudad.

La exhibición también atestigua esos paisajes huracanados que el país reconoce sobre todo luego del huracán María. El artista Wichie Torres lo hace con una pieza de 1967, donde se aprecian los árboles desnudos tras un ciclón. De la misma forma lo plasma el artista español Guillermo Sureda con la obra “Tormenta”, de 1960, que se entiende la realizó tras el embate del huracán Santa Clara de 1956.

Las estampas navideñas de José Ruiz, la vista de La Perla de José Meléndez Contreras, las comunidades que resisten entre medio del cemento de la ciudad del artista Rubén Rivera Aponte y la nostalgia de Osiris Delgado a ese Puerto Rico de infancia en el que nació y se crió, son algunas de las obras que cierran este recorrido donde se puede observar y estudiar el país desde diversos puntos de vista.

Como estrategia, para ampliar el encuentro del público con ese paisaje, la exhibición incluye fotografías aéreas y mapas topográficos que ofrecen un registro técnico de la transformación del paisaje puertorriqueño entre las décadas de 1930 y el 2000. Así mismo, se han incorporado extractos de filmes producidos, entre 1940 y 1971, por Laboratorio Viguié, Viguié Films y la División de Educación de la Comunidad (DIVEDCO) en los que se avista el país y su gente a mediados del pasado siglo.

“La exhibición se llama ‘La memoria del paisaje’ porque es como un viaje desde finales del siglo 19 donde vamos poco a poco pasando por esos años fascinantes que son los primeros 40 años del siglo 20 para después llegar a lo que es la DIVEDCO (División de Educación de la Comunidad) y los artistas de la generación del 50”, expuso López Quintero sobre esta exhibición en la que se estuvo trabajando por dos años y que estará hasta marzo del año próximo.

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2021-10-22T07:00:00.0000000Z

2021-10-22T07:00:00.0000000Z

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