Amparándose en los cánones de ética que rigen su profesión, el juez Ricardo Marrero Guerrero evitó responder cuestionamientos sobre su orden de mantener secretas las grabaciones de los procesos judiciales en la región judicial de Caguas, donde Andrea Ruiz Costas intentó sin éxito recibir auxilio del tribunal para luego ser asesinada a manos de su expareja Miguel A. Ocasio Santiago , en abril pasado.

Marrero ordenó, como juez administrar del Tribunal de Caguas, al Departamento de Justicia mantener las grabaciones secretas y la determinación fue validada por el Tribunal Supremo. Ayer, el juez acudió a una vista del Senado, donde se evaluó su ascenso al Tribunal de Apelaciones.

“Me remito a la decisión del Tribunal Supremo, que adjudicó con sus debidos fundamentos en cuanto a este asunto”, dijo a la prensa.

La familia de Ruiz Costas fue contundente en reclamar que se hicieran públicas las grabaciones para que se evidenciara su reclamo de que la mujer había sido atropellada por el sistema judicial.

El 25 de marzo, Ruiz Costas solicitó una orden de protección contra Ocasio Santiago y la jueza Sonya Nieves Cordero no la concedió, citando una vista a fondo el 31 de marzo a la que el hombre debía comparecer. Al día siguiente, Ruiz Costas radicó una querella criminal contra Ocasio Santiago y la jueza Ingrid Alvarado Rodríguez, cuñada del presidente del Senado, José Luis Dalmau Santiago, declaró no ha lugar sin dar explicación alguna. El 31 de marzo, Ruiz Costas le indicó a Nieves Cordero que no quería continuar con el caso.

Un informe de la Oficina de la Administración de los Tribunales concluyó que las determinaciones de Nieves Cordero y de Alvarado Rodríguez, quien luego renunciaría a su cargo, estuvieron enmarcadas en la discreción judicial y que ninguna violó los códigos de ética judicial.

Dalmau Santiago, quien recomendó a Marrero Guerrero para presidir la Comisión Estatal de Elecciones, presidió la vista de ayer y no hizo preguntas sobre el tema. Sí dijo que solo ha recibido comentarios positivos de su designación y de otra nominada a un ascenso al Tribunal de Apelaciones, Camille Rivera Pérez , quien trabajó en la Cámara con las expresidentas Zaida Hernández y Jenniffer González Colón.