El Nuevo Dia

Coronavirus y béisbol: vacunas para ponchar al COVID

Miguel Colón Con acento propio

Esta semana fueron las elecciones al Salón de la Fama del Béisbol Profesional en los Estados Unidos. Muchos fanáticos estuvimos muy atentos a ver si este año incluirían a Roger Clemens y a Barry Bonds. Todo buen fanático sabe lo dominantes que fueron ambos jugadores durante sus años activos en el béisbol. También esta semana he oído de muchas personas, científicos y no científicos, hablando de cuán efectiva ha sido la vacunación en contra del coronavirus. Que si es buena pero no sirve, que si previene o no infecciones o si previene o no mortalidad. De momento me vino a la mente esta reflexión sobre si hay similitudes entre el béisbol y la vacuna contra el coronavirus.

Empecemos por el detalle de que todas las vacunas en contra del coronavirus se diseñaron inicialmente para combatir la cepa original de Wuhan. Su diseño era para la producción de anticuerpos y la estimulación del sistema de inmunidad celular en contra del coronavirus. Antes de su introducción, el coronavirus estaba rampante por todo el mundo y con una mortalidad altísima. En Puerto Rico no fuimos la excepción cuando en noviembre y diciembre del 2020 y enero del 2021 tuvimos un número altísimo de pacientes infectados y admisiones en los hospitales con una alta tasa de mortalidad. Entonces llegó la vacuna en diciembre del 2020 y en pocas semanas comenzamos a ver una disminución drástica en los números de infectados, las admisiones y las muertes.

Ahora, ¿cómo esto se relaciona con el béisbol? Sencillo. Cuando uno trae al juego de béisbol a lanzadores como Roger Clemens, Justin Verlander, Clayton Kershaw y Pedro Martínez sabes que tus posibilidades de derrotar al equipo contrario son extremadamente altas. Estos lanzadores de primer orden son las vacunas de Pfizer, la de Moderna, la de Janssen y la de Astrazeneca. Estas vacunas detuvieron el avance del coronavirus durante los primeros seis meses o en el argot del béisbol, las primeras seis entradas.

Entonces, el coronavirus decidió reclutar refuerzos. Estos refuerzos son las variantes alpha, beta y gamma. Estas variantes lograron aumentar otra vez los números de infectados, las hospitalizaciones y las muertes. Afortunadamente, las vacunas pudieron contener este ataque con relativa eficiencia y la gran mayoría de estos pacientes infectados eran pacientes no vacunados y pacientes que solamente habían recibido una dosis de la vacuna. Era extremadamente raro ver pacientes con la serie completa de vacunación que requerían hospitalización y extremadamente raro que un paciente con la serie completa se muriera. Es como si a algunos de nuestros cuatro lanzadores estrellas les conectaran uno que otro hit, pero no anotaban carreras. Aún estábamos ganando el juego.

El coronavirus entonces se puso furioso y decidió traer a otro gran refuerzo, la variante delta. Esta variante trajo otro aumento considerable en casos, hospitalizaciones y una tasa de mortalidad extremadamente alta. A la misma vez se comenzó a obtener información científica de que el efecto de estas vacunas en la producción de anticuerpos y la inducción de la inmunidad celular duraba aproximadamente 6-8 meses. Nuestros lanzadores estrellas se estaban cansando, les estaban conectando de home run y nuestra ventaja se estaba disminuyendo a niveles peligrosos, en los que podíamos perder el juego.

Aquí es donde entran los refuerzos de la vacuna para otra vez estimular el sistema inmunológico y así controlar otra vez la pandemia. Tan pronto comenzó la población a ponerse los refuerzos desapareció la variante delta. Nuestro manager trajo del bullpen a nuestros lanzadores de “middle relief” para contener estos nuevos jugadores con gran éxito. Otra vez tuvimos unos meses más de relativa calma.

Pero el coronavirus está empeñado en ganar el juego y trajo a otro refuerzo, la variante ómicron. Esta variante ha sido la más contagiosa y la que mayor número de pacientes infectados ha producido desde el comienzo de la pandemia. Al producir un número tan alto de pacientes infectados, a la misma vez trajo un aumento de hospitalizaciones y un aumento de muertes. Pero es importante señalar que la gran mayoría porcentualmente de admisiones y muertes es en pacientes no vacunados o vacunados sin el refuerzo. Aquellos vacunados con la serie completa que han requerido admisión o han muerto siempre han tenido condiciones pre-existentes que los han comprometido significativamente. Definitivamente el refuerzo ha sido capaz de controlar este repunte y se nota claramente cuando en tres semanas luego del pico de números de infectados ya están disminuyendo los pacientes infectados, las hospitalizaciones y pronto veremos la disminución de las muertes. A nuestros lanzadores les están conectando muchos hits, pero están anotando pocas carreras y aún estamos ganando el juego, pero por poco margen.

Las casas farmacéuticas Pfizer y Moderna en este momento se encuentran diseñando una nueva vacuna mucho más poderosa que estimule a nuestro cuerpo a producir anticuerpos en contra de la variante delta y la variante ómicron. En términos beisboleros tienen a nuestro relevista clo

ser en el bullpen . Si ellos logran producir a Mariano Rivera este debería poder terminar el juego con una victoria para nuestro equipo.

Este juego ha sido bien largo y difícil, pero nuestro equipo ha trabajado duro para obtener la victoria en nuestro

home field. Ahora necesitamos de la fanaticada que nos apoye para así obtener la victoria final. Lo que pedimos es que la fanaticada nos apoye vacunándose para así poder ponchar definitivamente al coronavirus.

“Este juego ha sido bien largo y difícil, pero nuestro equipo ha trabajado duro. Ahora necesitamos de la fanaticada que nos apoye para así obtener la victoria final y ponchar definitivamente al coronavirus”

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2022-01-29T08:00:00.0000000Z

2022-01-29T08:00:00.0000000Z

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