Muchos fundadores y seguidores del Partido Nuevo Progresista (PNP) estamos preocupados con el rumbo que lleva la colectividad en los últimos tiempos. Es lamentable que el PNP perdiera la mayoría de la Cámara y el Senado, así como la mayoría de los municipios.

Alguien tiene que aceptar la responsabilidad. Mientras, se ha visto que el PNP no tiene un plan estratégico para luchar por la igualdad con la estadidad en todos los niveles de partido. Pero, a esto se añaden los más recientes acontecimientos relacionados con la corrupción, así como acciones que laceran la credibilidad y buen gobierno. La situación ha llevado a que muchos seguidores de la Palma expresen su frustración con la corrupción y con el rumbo que lleva la colectividad.

Aunque la situación actual no es del todo nueva en el PNP, el liderato no ha desarrollado una estrategia abarcadora para evitar la corrupción y atacarla en los municipios, en la legislatura y en otras ramas del gobierno.

Como estadista y fundador del PNP me pregunto: ¿el liderato del partido ha hecho un profundo análisis de las razones para que más de 200,000 electores estadistas no votaran por el PNP o sus candidatos en el 2020?

Ante lo ocurrido en los pasados comicios, toda organización responsable e interesada en el bienestar y desarrollo del pueblo habría realizado un profundo análisis de lo ocurrido y habría establecido un plan estratégico para atender el futuro de la colectividad. Sin embargo, nada se ha visto o escuchado al respecto en el PNP mientras lleva un rumbo errático. Si a esto se suma que la estructura administrativa del PNP tiene un secretario general a tiempo parcial, pues es un legislador a tiempo completo en el Senado, la situación no pinta bien.

Tampoco tiene una sede accesible para el pueblo estadista.

¿No le preocupa al actual liderato del PNP que miles de seguidores estadistas hayan optado por expresar su frustración diciendo públicamente que son estadistas, pero no del PNP? Por ello, muchos se unieron a otros partidos como medida de protesta.

Por otro lado, los supuestos líderes a nivel municipal y legislativo no están preparados, interesados o dedicados para educar al pueblo sobre los beneficios de la estadidad, atrayendo y movilizando así al pueblo estadista.

Hago hincapié que no abogo por otro partido diferente. Dedicaré esfuerzos a luchar por la Igualdad con la estadidad y estaré más activo en la organización “Igualdad” que fundé en 2012 para motivar al PNP a informar, educar y movilizar al Pueblo en una sola dirección.

Ante este panorama, algunos abiertamente sugieren cambiar el nombre del PNP por Partido Estadista Progresista para destacar nuestro compromiso con la estadidad. Y ha llegado el momento de considerar múltiples recomendaciones. Todas hoy nos llevan a plantear como dijo Luis A Ferré hace varias décadas: “Esto tiene que cambiar”.