El Nuevo Dia

Señales de advertencia

● Es vital atender la salud mental de los niños y adolescentes

Por Dra. Karen M. Armaiz-Nolla

Suicidio es el término utilizado para describir el acto de quitarse la vida, provocando la muerte de forma intencional. Esta conducta es poco frecuente antes de los ocho años y está principalmente asociada a la adolescencia, entre los 15 y los 19 años.

Detrás del suicidio a esta edad se esconde un complejo esquema de comportamientos que combinan varios factores que incluyen: gestos suicidas, intentos suicidas y el suicidio consumado. En la ideación suicida existen pensamientos y planes de suicidio, mientras que los intentos suicidas incluyen actos autolesivos que podrían provocar la muerte. Los pensamientos suicidas no siempre conducen a la conducta suicida, pero son un factor de riesgo. Con frecuencia, hay un problema de salud mental subyacente y un acontecimiento estresante que lo desencadenan. Los eventos estresantes comúnmente asociados son: la muerte de un ser querido; un suicidio que ha tenido lugar en el colegio o en cualquier otro grupo de compañeros; el fracaso de una relación amorosa o significativa; un cambio de entorno familiar, escolar, comunitario o el alejamiento de los amigos; ser humillado por familiares o amigos; sufrir acoso en la escuela, especialmente para estudiantes lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBTQ+); fracaso escolar y roblemas con la ley.

LOS PROBLEMAS SUBYACENTES MÁS FRECUENTES SON LOS SIGUIENTES:

Depresión: Los niños o los adolescentes con depresión tienen sentimientos de desesperanza y de impotencia que limitan su capacidad para considerar soluciones alternativas a problemas urgentes.

Alcohol o consumo de drogas: El abuso de alcohol o el consumo de drogas disminuyen las inhibiciones frente a acciones peligrosas y alteran la anticipación de las consecuencias.

Pobre control de los impulsos: Los adolescentes, en particular los que presentan un trastorno por comportamiento perturbador, como el trastorno disocial, actúan impulsivamente, sin pensar.

Otros trastornos mentales y físicos también pueden aumentar el riesgo de suicidio. Entre ellos se incluyen: la ansiedad, la esquizofrenia, traumatismos craneoencefálicos y el trastorno de estrés postraumático.

En ocasiones, los niños y los adolescentes que intentan suicidarse están enfadados con parientes o amigos, son incapaces de controlar la ira y dirigen su enfado contra sí mismos. Desean manipular o castigar a otras personas. Las dificultades de comunicación con los padres pueden contribuir al riesgo. Un suicidio al que se ha dado mucha publicidad a menudo viene seguido de otros suicidios o intentos. De igual modo, los suicidios por imitación ocurren más frecuente en las escuelas o institutos.

QUÉ HACER ANTE ESTE ESCENARIO

Padres, médicos, profesores y amigos son figuras claves para poder identificar a los niños propensos a intentar el suicidio, particularmente los que han tenido algún cambio de comportamiento reciente.

Esta población, con frecuencia, confía en sus compañeros, que deben ser fuertemente alentados a no guardar un secreto que pueda conducir a la trágica muerte del niño suicida. Los que expresan pensamientos tales como: “Ojalá no hubiera nacido“o “Quisiera dormir y no despertar”, representan un riesgo.

De la misma manera, los niños con signos más sutiles, como retraimiento social, retroceso en el nivel escolar o acciones de desprendimiento de posesiones favoritas, también sufren un riesgo potencial. Los profesionales de la salud mental representan un papel clave para la valoración de la seguridad del niño suicida. La primera línea de prevención es preguntar directamente al niño en riesgo sobre sus ideas.

LAS SIGUIENTES ESTRATEGIAS PUEDEN CONTRIBUIR A REDUCIR EL RIESGO:

● Obtener atención médica eficaz para los trastornos mentales y físicos.

● Ser capaz de acceder fácilmente a los servicios de salud mental.

● Conseguir el apoyo de la familia y de la comunidad.

● Aprender formas de resolver pacíficamente los conflictos.

● Limitar el acceso a los medios de comunicación con contenido relacionado al suicidio.

● Programas de prevención del suicidio. Son más efectivos los que aseguran que el niño posea: ambiente de crianza alentador; la scuela u otra institución social que promueva el respeto por las diferencias individuales, raciales y culturales.

Los niños y adolescentes que expresan pensamientos relacionados con el deseo de hacerse daño o que intentan suicidarse necesitan una evaluación urgente con un profesional de la salud mental. Si conoces a alguien que necesite ayuda profesional, llámanos inmediatamente al 787-714-2462. En el Hospital Menonita CIMA estamos disponibles las 24 horas, los 7 días. La autora es psicóloga clínica especialista en niños, adolescentes y perito forense del Hospital Menonita CIMA. Para información, llama al 787-714-2462.

SALUD MENTAL

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2022-05-17T07:00:00.0000000Z

2022-05-17T07:00:00.0000000Z

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