La demanda de clase radicada en días pasados contra cuatro aseguradoras que ofrecen pólizas de auto ha levantado reacciones diversas sobre si es legal o no que estas deduzcan una cantidad de dinero por concepto de la depreciación de piezas cuando se trata de la reclamación de un carro del asegurado.

Mapfre, una de las cuatro aseguradoras demandadas, reaccionó a la noticia difundida en los medios, señalando que “no existe ninguna obligación a que las compañías de seguros deban pagar las piezas de reemplazo al costo como nuevas, cuando el asegurado reclama a su propio seguro bajo la cubierta de propiedad de automóvil”.

“En Mapfre, la depreciación se aplica a piezas nuevas originales en vehículos con más de un año de antigüedad”, dijo la aseguradora en declaraciones escritas. Si el vehículo tiene más de un año de antigüedad se aplica depreciación a las piezas nuevas originales, pero no a las piezas usadas o de reemplazo (no original).

La aseguradora dijo que cuenta con un endoso aprobado por la Oficina del Comisionado de Seguros (OCS), el cual mediante un costo adicional permite enmendar las pólizas de propiedad de automóvil para eliminar la depreciación.

“Si el asegurado adquiere ese endoso, que hace años está disponible en el mercado, logra una enmienda a la póliza y Mapfre no le aplicaría depreciación al momento del pago de reclamaciones por pérdidas sostenidas en sus autos bajo sus términos y condiciones”.

Mapfre indicó que este pleito de clases radicado también contra Universal Insurance, Cooperativa de Seguros Múltiples (CSM) y Triple S, no se refiere a reclamaciones hechas por terceros, y por tanto la Ley 110 de 2019 no aplica en este caso.

La aclaración surge en relación a los comentarios del Comisionado de Seguros

Alexander Adams, quien reaccionó a la demanda de clase. Adams expresó que la deducción por depreciación afecta el bolsillo del asegurado, pues recibe menos dinero que lo reclamado y viola la Ley 110 de 2019, que prohíbe la deducción de depreciación en reclamaciones.

El Nuevo Día solicitó entrevistar a Adams, para entre otras cosas, conocer si su oficina ha recibido reclamaciones de asegurados sobre este asunto o por qué hizo referencia a la Ley 110 en sus declaraciones escritas si este pleito no tiene que ver con reclamaciones a terceros.

Por su parte, Francisco Colón Ramírez, el abogado que radicó las demandas, confirmó que el pleito no es sobre reclamaciones de terceros. “Este pleito no se trata de la Ley 110 de 2019. Es un asunto contractual”. Explicó que cuando un consumidor firma un contrato con una aseguradora para comprar un seguro de propiedad, en este caso un seguro de auto, la compañía se compromete a que en caso de reclamación le pagará el valor del auto o lo reparará.

Si decide repararlo, el compromiso es que el asegurado cubrirá la parte del deducible, y la aseguradora cubrirá el resto de la reparación, incluyendo piezas y labor. “El asunto es que cuando escogen arreglar, no quieren pagar el arreglo completo. Si escogen reparar, y le restan la depreciación de piezas, está incumpliendo el contrato”, sostuvo Colón Ramírez, quien estima que las aseguradoras se han quedado con más de $100 millones de los asegurados por concepto de calcular costos de depreciación a las piezas.

Agregó que hay piezas, como los focos o las puertas, entre otras que por ponerlas nuevas, no sube el valor del auto.

Las demandas presentan diversos ejemplos de asegurados que al hacer la reclamación tuvieron que poner dinero de su bolsillo, más allá del deducible, pues sus respectivas aseguradoras se negaron a cubrir el monto de la reparación.

Triple S y la CSM prefirieron no emitir comentarios por estar el caso en los tribunales, pero ambas aseguraron que cumplen con la ley.

“CSM se ha distinguido por llevar a cabo el proceso de ajuste de reclamaciones enmarcado en pagos justos y razonables a nuestros asegurados y reclamantes, cumpliendo con la ley y los términos de la póliza de seguros”, expresó su presidente Luis M. Cordero Rivera.

Triple S, por su lado, dijo que en más de 30 años de servicio se han destacado “por cumplir estrictamente con las normas y estándares aplicables a nuestra industria y los más altos estándares éticos”.