Roberto Clemente acababa de cruzar el umbral destinado a los inmortales aquella tarde fría del 30 de septiembre del 1972 en el desaparecido estadio Three Rivers de Pittsburgh.

Luego de conectar su histórico hit número 3,000 en la cuarta entrada ante un lanzamiento del zurdo de los Mets de Nueva York, Jon Matlack, lejos de pedir ser sustituido tras completar tan agotadora gestión, el legendario jardinero de los Pirates de Pittsburgh permaneció en el juego y se dirigió a cumplir con su función defensiva en el ala derecha del campo de juego.

El inolvidable ‘Astro Boricua’ caminó hacia el jardín derecho y en un gesto de agradecimiento a los fanáticos que lo aplaudían se quitó la gorra y reciprocó el gesto, saludándolos.

Ese humilde gesto de Clemente fue captado por el lente del legendario fotoperiodista de El Nuevo Día Luis Ramos, dando pie a una de las fotos más icónicas en la historia del deporte puertorriqueño.

La maravillosa imagen de ese momento recorrió el mundo del béisbol y todavía hoy se sigue reproduciendo a través de