¡No se va! Todas las señales apuntan a que LUMA Energy no se va, puede que hasta cambien de nombre y de gerencia, pero la esencia no se va. LUMA Energy apenas lleva un año y su desempeño es esencial en la reconstrucción del sistema. A eso le apuestan la Junta de Supervisión Fiscal, el gobierno de Pedro Pierluisi, el gobierno del presidente Joe Biden y hasta los bonistas que litigan en la quiebra de la Autoridad de Energía Eléctrica.

Todos los promotores del caos en nuestra Isla quieren sacar a LUMA Energy, lo cual crearía un mayor caos. Sin contar con que atrasaría todo el proceso de reconstrucción de la red eléctrica en Puerto Rico.

Mientras aquí se habla de la utilización de los fondos federales para placas solares, hidrógeno y otras fuentes renovables, deberíamos estar mirando a lo que ha hecho el estado de la Florida y las compañías de luz que están allí.

Los intereses “privados” son tan grandes como los sabores en una tienda de helados. Todos buscan halar para su lado sin importarles el que la Isla pueda reconstruir un sistema de transmisión y distribución que sea resiliente ante los embates de un huracán o las inundaciones que hemos experimentado.

Tan reciente como el pasado 3 de octubre el diario

The Wall Street Journal publicó un artículo titulado “Florida’s Strengthened Electric Grid Mostly Withstood Hurricane Ian”, en el que entrevistaban a varios de los principales ejecutivos de las empresas que proveen energía eléctrica en la Florida y su evaluación de cómo el sistema de distribución y transmisión se había sostenido en algunos lugares luego del embate del huracán Ian.

Puerto Rico, LUMA Energy, ATCO y Quanta Services podríamos aprender muchísimo de las experiencias y soluciones implementadas en la Florida.

Lamentablemente los intereses no solo no nos han llevado en los pasados cinco años a ningún progreso, sino que lo que se intenta hacer o proponen hacer no lo han hecho en la Florida. La rueda no hay que inventarla y nosotros no deberíamos de ser conejillo de indias para algo novel y funcional en el sistema de transmisión y distribución.

En la Florida desde el 2005 han invertido miles de millones de dólares en postes nuevos, de metal y concreto, pero sobre todo han invertido en soterrar el sistema.

Aquí queremos instalar un sistema de generación renovable antes de mejorar las líneas de transmisión y distribución. El Negociado de Energía tiene mucho que ver con todo esto, pero ellos están en otra estratosfera, en otra dimensión completamente desconocida y nos quieren llevar con ellos a ese mundo desconocido.

Vino el presidente Biden con la secretaria de Energía de los Estados Unidos y nos volvieron a recalcar que LUMA Energy no se va. Altos ejecutivos de LUMA Energy estaban allí al ladito de él e inclusive hablaron con él y con la secretaria de Energía. Lo que vuelve a remachar que no se van.

Con mucha probabilidad LUMA Energy haga no solo los cambios gerenciales que pidió el gobernador Pedro Pierluisi, sino que también hasta se cambien el nombre. Aun con todo eso les queda mucho por recorrer y demostrar que están capacitados para la ardua tarea de no solo reconstruir la red eléctrica, sino de hacerlo en una jungla llena de especímenes políticamente peligrosos.

Si bien es retante la geografía de nuestra Isla, más retante es el ambiente político y agresivo que se vive aquí. Ese ambiente es en ocasiones más peligroso que una línea de alto voltaje.

Lo primero va a ser comenzar a aceptar que LUMA Energy se queda, que tiene la confianza del que paga, de los federales y que nosotros estamos a la merced del que pone el billete.

Esa es y ha sido siempre nuestra triste realidad. ¡Juzgue usted!

Lo primero va a ser comenzar a aceptar que LUMA Energy se queda, que tiene la confianza del que paga, de los federales y que nosotros estamos a la merced del que pone el billete”