Río Grande—Un campo de golf acicalado al máximo, andamios, carpas, menús, baños portátiles, electricidad, entretenimiento para chicos y adultos no tan amantes al golf.

Estos son apenas algunos de los componentes de los que se encarga una red de “suplidores de alto rendimiento, 100% local”, en conjunto con el personal del hotel Hyatt Regency Grand Reserve, para que el máximo evento de golf, Puerto Rico Open, corra con éxito, afirmó Karen Calversbert, directora del torneo.

“Todo, todo hay que planificarlo, hasta poner el zafaconcito en el campo de golf”, recalcó sobre el evento que este año cumple su edición número 15.

Tanto es así que, según aseguró la veterana golfista, cada año, la planificación del próximo año se inicia mientras está corriendo el evento, pues aprovechan para tomar notas de posibles ajustes para que cada vez sea mejor.

En esta ocasión, con un montaje que ronda $2 millones, la expectativa es atender “a cerca de 6,000 visitantes al día” hasta el cierre del domingo, 5 de marzo, sean o no entusiastas del deporte.

Para ello, el área adyacente a la Casa Club del hotel se convierte en una villa que ofrece actividades para niños, billares, música en vivo, venta de mercancía, cancha de tenis de playa y hasta un zipline . “Aquí va a haber algo en lo que te vas a entretener. No todo el mundo tiene que ser fan del golf. Es una fiesta”, concluyó Calversbert.

Para Jason Matos, superintendente del campo de golf, el evento es el periodo más intenso del año. Requiere nutrir y tratar la grama con anterioridad para que aguante el uso intensivo del torneo, así como sumar hasta 15 personas al equipo regular de 30 trabajadores.

Además, la hora de entrada se mueve a las 3:30 a.m. para tener los terrenos listos a tiempo. “Los muchachos terminan más o menos a las 7:30 a.m. y vuelven a sus casas a descansar”, indicó. Y las labores de corte detallado y mantenimiento se retoman en la noche hasta “por lo menos 10:30, 11:00 de la noche”.

“Es intensiva la cantidad de horas que trabajamos durante el torneo”, finalizó.