El Nuevo Dia

Las consecuencias del aumento en la mediana de edad

Alex Casiano Doctor en Ciencias de la Salud y Catedrático en la Universidad Interamericana, Recinto Metropolitano

El Negociado del Censo de Estados Unidos reveló que la mediana de edad en Puerto Rico aumentó a 45.2 años en el 2020, casi 10 años más que en el 2010, cuando la mediana fue de 36.9 años. Tenemos ahora el ritmo de envejecimiento más acelerado de Estados Unidos y sus territorios, así como de muchos otros países. Es importante comprender la importancia del dramático aumento y sus consecuencias.

La mediana de edad de un país se refiere a la edad que divide a su población en dos mitades iguales, siendo la mitad de la población mayor y la otra mitad menor que la mediana de edad. A medida que las sociedades evolucionan y experimentan cambios demográficos, la edad media puede aumentar o disminuir. Sin embargo, cuando la edad promedio de un país aumenta, tiene varias implicaciones para la economía, la atención médica y la dinámica social. Este ensayo tiene como objetivo explorar por qué es importante el aumento de la edad media y proporcionar ejemplos relevantes.

Cuando la edad media de un país aumenta, tiene importantes consecuencias económicas. Un aspecto clave es la mano de obra. Una población que envejece a menudo implica una fuerza laboral cada vez más reducida, ya que las personas mayores se jubilan y menos personas jóvenes ingresan al mercado laboral. Esta disminución de la población en edad de trabajar puede conducir a una base imponible reducida, una mayor presión sobre los sistemas de bienestar social y una escasez de trabajadores calificados.

Por ejemplo, Japón está experimentando un rápido envejecimiento de la población con una mediana de edad de alrededor de 48 años. Este cambio demográfico ha puesto a prueba los sistemas de pensiones y de salud del país, ya que hay menos jóvenes para apoyar a la creciente población de adultos mayores. La escasez de mano de obra también ha afectado a varios sectores, incluido el de salud, donde existe una gran demanda de personal cualificado para atender las necesidades de gran parte de la población.

El aumento de la mediana de edad también plantea desafíos importantes para los sistemas de salud. Los adultos mayores tienden a requerir más atención médica, lo que ejerce presión sobre la infraestructura y los recursos de atención. Las enfermedades crónicas, como las afecciones cardiovasculares y la diabetes, se vuelven más frecuentes entre miembros de esta población, lo que requiere atención especializada y planes de tratamiento a largo plazo.

Por ejemplo, en países como Alemania e Italia, donde las medianas de edad son 46 y 47 años respectivamente, los sistemas de salud enfrentan demandas crecientes debido al envejecimiento de la población. Estos países han tenido que adaptar sus políticas de atención médica e invertir en atención geriátrica, centros de atención y cuido a largo plazo y medidas preventivas para abordar las necesidades de atención médica únicas de sus ciudadanos mayores.

La estructura de edad cambiante de un país también afecta su tejido social y su dinámica intergeneracional. Una población que envejece puede llevar a una transformación en las estructuras familiares, ya que hay menos jóvenes para apoyar a la generación mayor. Este cambio puede afectar los roles tradicionales de cuidado dentro de las familias y tensar las relaciones intergeneracionales.

En países como Corea del Sur, que está experimentando un rápido aumento de la mediana de edad, existe una creciente preocupación por la “crisis del bienestar de los adultos mayores”. Con un enfoque en los valores individualistas y una tasa de natalidad decreciente, la generación más joven enfrenta desafíos para brindar atención y apoyo a sus padres. Este cambio social requiere el desarrollo de sistemas de bienestar social, iniciativas comunitarias y políticas que aborden las necesidades de los adultos mayores.

En Puerto Rico, se nos está haciendo tarde para prepararnos. Es hora de adaptar las estructuras de bienestar para abordar los impactos del envejecimiento de la población. Para gestionar con eficacia las implicaciones de una sociedad que envejece, las ramas ejecutivas y legislativas deben darle prioridad a la planificación a largo plazo, como la promoción de un estilo de vida saludable y activo entre los adultos mayores, la implementación de políticas que fomenten la participación de la fuerza laboral y la inversión en infraestructura de salud y atención geriátrica. Al reconocer la importancia y las consecuencias del aumento en la mediana de edad y tomar medidas proactivas, Puerto Rico podrá enfrentar mejor los desafíos y aprovechar las oportunidades que presenta una población que envejece rápidamente.

Esta disminución de la población en edad de trabajar puede conducir a una base imponible reducida, una mayor presión sobre los sistemas de bienestar social y una escasez de trabajadores calificados”

OPINIÓN

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2023-06-06T07:00:00.0000000Z

2023-06-06T07:00:00.0000000Z

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