Visceral defensa del feminismo
Emma Stone entrega una actuación magistral en “Poor Things”, junto al maravilloso trabajo de Mark Ruffalo y Willem Dafoe
JUANMA FERNÁNDEZ-PARÍS Especial para Flash & Cultura
“Poor Things”, el nuevo largometraje de Yorgos Lanthimos (“The Favourite”, “The Lobster”) que estrena hoy en los cines de Puerto Rico, se las ingenia para desafiar convenciones y ser consistentemente audaz e inteligente.
El filme está construido perfectamente alrededor de la actuación más compleja y ambiciosa de toda la filmografía de Emma Stone. Aún así, el que todos sus recursos exaltados se filtren con una sensibilidad grotesca limita el alcance de esta propuesta. Resulta probable que aun aquellos que estén familiarizados con las tendencias más bizarras de los filmes anteriores de Lanthimos no puedan irse con el viaje particular de esta película.
Lo que es genial de “Poor Things” es innegable. Además de todos los malabarismos histriónicos de Stone, interpretando el arquetipo femenino para acabar con todos los arquetipos femeninos en la ficción, lo más que impresiona del filme es cómo su expresionismo desbocado logra que su propuesta intelectual sea tangible y visceral para el espectador. Al igual que “Barbie”, esta es una historia de un personaje femenino que logra reclamar su voz. Aquí esa narrativa es canalizada en una odisea de época con el personaje de Stone comenzando como un híbrido de Frankestein y Pigmalión, que luego destruye todas las fuerzas opresivas de las estructuras sociales que quieren limitar su sexualidad y su intelecto.
Por más interesante que esto sea, la prerrogativa del director y la forma en que cuenta la historia de Bella Baxter (Stone), el experimento humano de un doctor deforme interpretado por Willem Dafoe, es no definirla bajo una etiqueta simple y unidimensional. Esto significa que, en ocasiones, el filme es una fantasía surrealista. En otras, una farsa ambiciosa. Aquellos del público que estén enfocados en tratar de categorizar la película, de seguro no estén receptivos a los matices de la propuesta. Lo otro que se convierte en un obstáculo real para esto es lo gráfico que es la dirección con todo lo que tiene que ver con sexo y violencia.
Los riesgos artísticos que Lanthimos y Stone toman en “Poor Things” jamás dejan de ser admirables, pero llega un momento en que sobrecargan y hay toda una sección de la historia, donde el personaje decide trabajar en un burdel en París, que redefine lo que se puede catalogar como barroco y excesivo en pantalla. Aunque Emma Stone es la dueña y señora del filme, resulta importante resaltar el maravilloso trabajo de Mark Ruffalo. El actor se deleita en encontrar los momentos cómicos para ilustrar cómo alguien que vivió destruyendo la psiquis de mujeres finalmente destruye la suya con alguien que no puede ser manipulada.
El ingenio y la elegancia de las actuaciones de Stone y Ruffalo es lo que siempre va a salir a flote en una fusión cinematográfica memorablemente excesiva. “Poor Things” tiene muchas cosas interesantes que decir sobre el historial de los espacios donde se ha permitido la expresión de la esencia femenina y las estructuras que se han utilizado para oprimirlas. Aunque evite ser un ejercicio intelectual superfluo, su propuesta es tan abrumadora que muchos se sentirán más cómodos descartando lo visto como una loquera que reconocer el espejo abstracto que el filme ha construido.
FLASH & CULTURA
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2023-12-07T08:00:00.0000000Z
2023-12-07T08:00:00.0000000Z
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