Relatos de ficción enraizados en la realidad boricua
“Babylon Baby”, primer libro de Eugenio Hopgood Dávila, está inspirado o matizado por eventos ocurridos en Puerto Rico, con los que este periodista retirado trabajó como informador
BENJAMÍN TORRES GOTAY benjamí[email protected]
En una carrera de varias décadas como periodista, Eugenio Hopgood Dávila adquirió una relación distinta a la del ciudadano promedio con las noticias que día a día dibujan la cruenta realidad puertorriqueña.
Como editor o como reportero, Hopgood Dávila, nacido en San Juan en 1954, veía un poco más allá de los hechos de sangre, absurdos, surreales, mágicos o estremecedores que brotan de Puerto Rico a borbotones.
Accidentes de tránsito que parecen sacados de cuentos de Edgar Allan Poe, gente a la que nadie extraña y de cuyas muertes solo se sabe cuando sus cadáveres son encontrados días, semanas o meses después, matanzas de niños en guerras de adultos, mucho más de la horrible cotidianeidad de este Caribe tan brutalmente violento.
Todos esos hechos con los que Hopgood Dávila estuvo en contacto cercano en más de 30 años como periodista en varios medios, incluyendo El Nuevo Día, del que se retiró en 2015, se los llevaba incrustados en la memoria, matizaron el crisol a través del cual mira a su país y poco fue exorcizándose del efecto que tuvieron en él convirtiéndolos en las historias que componen su primer libro, “Babylon Baby”, que presentó el jueves pasado en la Casa de los Contrafuertes, en el Viejo San Juan.
“La idea de alguna forma fue expresar esos hechos de otra manera que no fuera la información policíaca, reporteril, sino tratando de profundizar más, buscándole el alma y tratando de transmitirlos, algunos sublimándolos, otros bastante crudamente, pero de alguna manera buscándole un poquito más allá”, dice Hopgood Dávila en entrevista con El Nuevo Día.
“Babylon Baby” no es, ni pretende ser, un libro de relatos “basados en hechos reales”. Es todo pura ficción. Pero la mayoría, de una u otra manera, están inspirados o matizados por eventos reales, ocurridos en Puerto Rico, que fueron alguna vez publicados en periódicos locales.
La colección consta de una novela corta (la que da el título al libro) y nueve cuentos. Todos tratan de gente común y corriente enfrentada de súbito al espanto y al horror.
En la historia que da título a la colección, un encargado de almacén en la Autoridad de Edificios Públicos (AEP), que se metió en la Reserva del Ejército de Estados Unidos para hacer un dinerito extra, se encuentra de súbito, sin esperarlo, caminando entre cadáveres desmembrados en Irak.
En otra historia, un hombre camino a una cita amorosa de madrugada, vive consecuencias insospechadas al tratar de evadir su responsabilidad por un percance que podía pasarle a cualquiera. En otro, una madre soltera de 19 años cuenta, con enorme gusto, a un vecino hipnotizado por el vino y por el deseo, el placer que le provoca ver cuerpos desmembrados.
En otro relato, Gómez, un divorciado, descubre, con velocidad que aturde, que el retiro que por mucho tiempo había añorado luego de 30 años a la misma empresa, no se parece en nada a lo que soñó. Y no faltan los adolescentes navegando el Santurce de finales de los años 60 en que nació y se crio Hopgood Dávila, insuflados por drogas psicodélicas.
“Esos son los personajes que más me interesan. Me interesa el personaje común y corriente, los trabajadores, el profesional de la clase media. Interesantemente, después en retrospectiva mirando esos cuentos veo que la burguesía, la alta burguesía, está ausente. La clase más adinerada como que no se le ve mucho”, dice Hopgood Dávila, quien también es músico y abogado.
Todos los relatos fueron escritos entre 1998 y 2012. Estuvieron años pasando de computadora en computadora y de edición en edición. Son relatos veloces, apretados, bien redondos y logrados. Son cuentos, en fin, “sin flecos”, como decía el argentino Julio Cortázar, a quien cita como una de sus mayores influencias.
Hopgood Dávila, quien escribía ficción desde sus años universitarios, aunque después “guardó” la afición mientras hacía carrera en periodismo y estudiaba leyes, dice que tiene otros relatos de épocas previas a los archivos digitales que simplemente se le perdieron.
En “Babylon Baby”, que es de 2010, el autor muestra cómo el conflicto entre Estados Unidos e Irak, que consumió la atención de todo el planeta en 2003 y desestabilizó para siempre una de las zonas más volátiles del mundo, fue cargado en los hombros atormentados de personas completamente regulares.
En el contexto de un conflicto que costó cerca de 300,000 vidas, incluyendo casi 7,000 militares estadounidenses y cerca de un centenar de puertorriqueños, se entrecruzan los caminos del empleado de la AEP, varios policías municipales de Puerto Rico, un doctor en arqueología que maneja las ruinas de Ur, una de las ciudades más antiguas del mundo; y que conecta con los boricuas a través de su afición a la salsa y el dueño de una tienda
“Me interesa el personaje común y corriente, los trabajadores, el profesional de la clase media. Interesantemente, después en retrospectiva mirando esos cuentos veo que la burguesía, la alta burguesía, está ausente”
EUGENIO HOPGOOD DÁVILA
AUTOR, MÚSICO Y ABOGADO
de piezas de autos, que huye del conflicto con su familia.
Como periodista, Hopgood Dávila conversó con muchos militares puertorriqueños que habían participado en la guerra en Irak y aunque ninguno de los personajes de la novela está basado específicamente en alguno de sus entrevistados, sí está informado por lo que le contaron acerca de sus experiencias en combate.
“Me interesó ese personaje que no se hizo soldado porque estaba bien dispuesto a ir a combate ni nada. No estamos hablando de rangers , ni marines , ni soldados élite, ni nada por el estilo, ni siquiera ejército regular, sino gente que posiblemente no estaba contando con que iba a ir una guerra”, relata el autor.
“Relato lo que yo capté de cómo ellos se sintieron llevados allí”, agrega.
El libro se consigue en las librerías La Esquina y La Mágica, en Río Piedras; Norberto González, en Plaza Las Américas y Río Piedras; y en Laberinto, del Viejo San Juan.
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2023-09-24T07:00:00.0000000Z
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