Hagamos alianzas, sí. Hagamos alianzas para temas fundamentales que contribuyan a la mejor calidad de vida de nuestro país y para la restauración de nuestras instituciones. No hagamos alianzas para hacer trampa (léase “partidos coligados”). Aquí algunos ejemplos de buenas alianzas.

Estoy disponible para colaborar en alianzas que logren la segunda vuelta electoral. La democracia necesita legitimidad, que sólo se logra cuando el gobierno ejerce por consentimiento de los gobernados. Si uno de cada tres votantes respalda al gobernante hay un problema de legitimidad. ¿Qué es la segunda vuelta electoral? Cuando ningún candidato a gobernador obtenga el 50% de los votos en una elección, los dos que más votos hayan sacado comparezcan a una segunda elección. Para esa segunda elección buscarán el apoyo de los electores de los otros partidos que no participen de esa segunda vuelta, para lo cual tendrán que hacer acuerdos con los dirigentes de dichos partidos en cuanto a programa de gobierno y nombramientos claves en el gabinete, entre otros asuntos. Esa idea funciona bien en muchos países con democracias más modernas.

Estoy disponible para colaborar en alianzas que logren eliminar la contribución sobre impuestos y el IVU. Solo 20 países en el mundo tienen un sistema tan arcaico. El haberse opuesto a la eliminación del impuesto a la productividad y al IVU para modernizar nuestro sistema con el IVA es un crimen histórico. No respeto intelectualmente a quienes se opusieron.

Estoy disponible para colaborar en alianzas para lograr regresar al sistema de legislador ciudadano. Así era antes, cuando personas como Luis Muñoz Marín, Gilberto Concepción de Gracia y Luis A. Ferré se sentían atraídos a la Asamblea Legislativa. No es un modelo perfecto, pero sus problemas se pueden atender de antemano con regulaciones muy simples. El sistema actual de legislador a tiempo completo fue un buen intento, pero no dio el resultado esperado. Lo que ha logrado es que la mediocridad, que antes era la excepción, ahora sea más frecuente. Claro que hoy tenemos gente buena allí, pero en menor proporción que antes. La calidad de la legislación habla elocuentemente.

Estoy disponible para colaborar en alianzas para despenalizar las drogas. Los años 2010, 2011 y 2012 fueron los más violentos de nuestra historia. Se cometieron más de 3,000 asesinatos en esos tres años. Poniendo en marcha una gran cantidad de medidas en muchas agencias, bajé esas estadísticas más de 40%. Cuando fui gobernador tuvimos la incidencia criminal más baja de los últimos 40 años. Ahora bien, el narcotráfico es un negocio extraordinariamente lucrativo. Los narcotraficantes generan ganancias multibillonarias que comparten con sus alzacolas en la cadena de distribución hasta nuestras calles. Habida cuenta de que más del 80% de los asesinatos se deben al narcotráfico, la respuesta inteligente es quitarles el lucro. Muchos países ya lo han hecho y el resultado unánime es que baja el crimen, bajan las muertes por sobredosis, baja la adicción y baja el consumo. Lo único que aumenta son los ingresos del gobierno porque el producto comienza a pagar impuestos. En Estados Unidos y en Puerto Rico ya pasó cuando se prohibió el alcohol y vimos el resultado positivo cuando terminó tal prohibición. Hay que aceptarlo: la “guerra contra las drogas” se perdió.

Estoy disponible para colaborar en alianzas para eliminar el financiamiento privado de las campañas políticas. La corrupción tiene dos orígenes principales. Primero, que personas de la empresa privada invierten dinero aportando a campañas de candidatos políticos o en favores y regalías a miembros no electos del gobierno, para luego a cambio obtener ventajas. Segundo, la avaricia de algunos funcionarios públicos, electos y no electos, que están dispuestos a venderse a sí mismos. Si eliminamos el financiamiento privado de las campañas políticas, atendemos la primera de las causas. Claro que seguirán existiendo los “comités de acción política” o PACs, por sus siglas en inglés, pero estos no pueden coordinar con la campaña del candidato. Sería un paso de avance.

Estos son sólo algunos ejemplos. La lista es larga. Cuando tuve el honor de ser Gobernador de mi país comencé algunas e intenté iniciar otras. Algunas debí intentarlas. Ahora, desde las funciones que me tocan, me ofrezco para colaborar en todas.

Estoy disponible para colaborar en alianzas para eliminar el financiamiento privado de las campañas políticas”