VIENA.- Los casos de sobredosis y muertes por el consumo de opioides sintéticos aumentaron en Estados Unidos y Canadá, alertó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en un informe publicado ayer en Viena.

“La epidemia de las sobredosis de drogas en América del Norte se agravó debido el aumento de la producción y el tráfico de opioides sintéticos, especialmente de fentanilo ilícito”, señaló la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) en su análisis de la producción, tráfico y consumo de drogas del pasado año.

El fentanilo es un opioide sintético hasta 100 veces más potente que la morfina.

La JIFE, un organismo del sistema de Naciones Unidas, resaltó que la crisis de sobredosis se ha “exacerbado” y ha generado un incremento de las muertes.

“Los decesos por sobredosis registrados en Canadá y los Estados Unidos aumentaron, a pesar de la adopción de medidas reforzadas para mitigar las consecuencias negativas del consumo de drogas, como la mayor disponibilidad y accesibilidad de naloxona y el uso de tiras reactivas para detectar el fentanilo”, indicó.

Así, los datos provisionales indican que, en Estados Unidos, murieron por sobredosis más de 107,000 personas durante 2021, un aumento del 15% respecto a las cifras de 2020.

Mayor aún fue el aumento del número de muertes provocadas específicamente por los opioides sintéticos y que suponen el 60% de todos los fallecimientos por esa causa, según la JIFE, que advirtió que no hay datos de cuántas sobredosis no mortales se producen.

En Canadá, las muertes por sobredosis se dispararon un 96% entre 2020 y 2021.

Las autoridades sanitarias de ese país han explicado que la oferta de drogas cada vez más tóxicas ha contribuido al agravamiento de la crisis de sobredosis.

América del Norte sigue siendo la región del mundo con mayor consumo de opioides para el tratamiento del dolor, con cifras de uso de esos fármacos más del doble que las de Europa Occidental y Central.

PIDEN MÁS TRATAMIENTOS

De otra parte, el envejecimiento de la población que consume opioides y las crecientes dificultades económicas de algunos grupos vulnerables exige más controles y más programas de tratamiento y prevención de drogas en Europa, advirtió también la JIFE.

Según la entidad, el objetivo es “reducir las consecuencias sanitarias y sociales adversas del consumo de drogas”.

El documento recuerda que Europa sigue siendo una región importante en lo que respecta a la fabricación, el tráfico y el consumo de drogas ilegales.

“La mayoría de las actividades ilícitas relacionadas con las drogas se están recuperando de los cambios temporales provocados por las restricciones a la movilidad y los confinamientos debidos a la pandemia de covid-19”, indicó la JIFE.

Además, señaló, las capacidades de innovación y adaptación de las redes de narcotraficantes parecen haber derivado hacia una mayor disponibilidad de la mayoría de las drogas y a una disminución de los precios, así como al aumento de la potencia de las sustancias.

Junto a ese fenómeno, los hábitos de consumo de drogas en Europa se han vuelto más complejos, con más problemas relacionados con el uso de medicamentos o de nuevas sustancias psicoactivas, como la ketamina, el GHB, conocida como conocida éxtasis líquido, o de GBL, en algunos países.

“La propagación del consumo de cocaína, en particular de ‘crack’ en las poblaciones marginadas de algunas ciudades y algunos países, suscita cada vez más preocupación, así como el consumo de opioides ilícitos mezclados con benzodiazepinas y otras formas de policonsumo” JUNTA INTERNACIONAL DE FISCALIZACIÓN DE ESTUPEFACIENTES INFORME DE LA ONU