Querido Antonio: tu partida me hace recordar la canción de Alberto Cortés, “Cuando un amigo se va”, que comienza diciendo “deja un espacio vacío”. En tu caso, es grande el espacio que queda, por todo lo que hiciste por Cuba y Puerto Rico.

Exiliado como yo, tuviste la suerte de que arribaste a un país que te acogió y supiste pagarle dedicando toda tu vida a hacer mucho por él. Lo que hiciste con tu vida está parcialmente recogido en tu libro “Antonio Molina y su mundo”, de 1,443 páginas, editado en 1995, que por supuesto no incluye lo hecho hasta tu muerte en 2023.

Otro de tus libros, “Curiosidades históricas”, editado ese mismo año, tiene 408 páginas. Pero estos son tan solo dos de los muchos libros que escribiste, todos en Puerto Rico.

Es increíble la calidad de tus libros, folletos, etc., ya que no dedicabas todo tu tiempo a la escritura. Además fuiste historiador y pintor -con interesantes cuadros dedicados a “la silla”-. Fuiste parte de casi todas las actividades por y para la cultura en Puerto Rico. Aportaste con tu apoyo y conocimiento como secretario de la Junta de Directores de Culturarte, organización que ha traído grandes figuras de la música bajo la dirección de Guillermo L. Martínez.

Yo he perdido un gran amigo, pero todo Puerto Rico ha perdido una figura irremplazable.

Cristóbal Díaz Ayala San Juan